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“La escritura ilumina hasta las grietas más profundas en la condición humana”. Entrevista a Paola Vañó sobre su libro Museo Locutorio, derivas culturales desde la emergencia*

-¿Paola, desde cuándo escribes?

Escribo como una forma de explorar el vacío, el gran silencio que se opone a mis voces interiores. Cuando era niña dictaba versos a mi madre con tres años, en ese tiempo pensaba que escribir era hacer garabatos en un papel o en la pared. Luego en la escuela, me gustaba escribir en cuadernos cuadriculados de forma vertical en vez de horizontal. Durante mi época universitaria participé de algunos talleres, grupos literarios, recitales, pero quizá, con menos entusiasmo del que me hubiese gustado. No tuve ánimo para perseverar en una escena determinada. He publicado tres libros de poesía, dos ensayos, un disco. He escrito artículos con un aliento independiente, inspirada en la experiencia urbana, social. Ello me llevó a explorar en mis imaginarios desde una conciencia fragmentada en mi ciudad natal Lima, con heridas abiertas, sangrantes, a partir de una condición de impotencia ante la violencia explícita hacia las mujeres, los ancianos, las personas racializadas y vulnerables. Con el periodismo en el Perú me he sentido desubicada e incorrecta. Nunca me hallé próxima a los protocolos usados por los medios de comunicación para informar desde una posición de postverdad y omnipresencia. Al advertir estereotipos y prejuicios he actuado sin ánimo de adaptarme “a lo que había”. Mi incursión como reportera en un medio fue fugaz mientras era aún una estudiante de periodismo por finalizar su carrera. Frente a ello, me he reafirmado en mis intuiciones, he buscado mis propias certezas para tener la libertad de andar por la vida con un pequeño ovillo en el bolsillo para no perderme en el caos. He ido tirando de un hilo invisible hasta hallar una discreta puerta o ventana de escape para encontrar “mi habitación propia”. Como dice Rosa Montero: Un pensamiento independiente es un lugar solitario y ventoso…

-¿Qué te llevó a plasmar tu experiencia profesional en el libro?

Me he dedicado a la gestión cultural a partir de la coordinación de montajes expositivos de arte español para FUNIBER. Así pude vivir durante varios años con razonable austeridad entre Perú y España, trabajando como profesional independiente hasta la llegada de la pandemia que me dejó situada, inamovible en Madrid. Fue ese hecho el que me animó a encontrar un sentido fértil al tiempo, a partir de un estado desolador, incierto, plagado con las ausencias de mis seres y paisajes queridos. Entonces decidí retomar mis proyectos de escritura y terminar de escribir mi libro “Museo Locutorio” que había empezado a esbozar unos meses atrás. Luego, pasado el confinamiento, al tener nuevamente acceso a la biblioteca pública pude aislarme convenientemente en sus instalaciones y concentrarme en la corrección del manuscrito. En el plano artístico por otro lado, continúe explorando en procesos de re-escrituras poéticas, expandidas, a través de diversos soportes en vídeo, arte digital, intervención de objetos. En ese sentido, he participado de diversas muestras, exposiciones y he integrado diversos colectivos artísticos en Madrid.

-¿Cómo nace la apuesta por los proyectos independientes?

Cuando decido emprender mis propios riesgos en los proyectos editoriales y de creación, elijo una vía experimental. Fue en Lima, en los años noventa, al poco tiempo de graduarme como comunicadora y transitar por las calles de mi ciudad, sentí conmoción al observar las terribles condiciones de abandono de decenas de niños y niñas por las principales plazas y avenidas del centro, expuestos a situaciones de drogadicción, delincuencia, abuso y explotación. Al respecto me impactó el reportaje gráfico del foto-periodista peruano fallecido en 2011, Carlos Chino Domínguez que documentó en una serie de fotografías, niños y adolescentes viviendo en las calles, algo realmente desolador. Es en ese contexto, a partir de una sensación de prematura decepción que emprendí mis primeros proyectos audiovisuales de arte participativo con niños y niñas en riesgo, como una iniciativa personal en plazas, calles, y en albergues. Siempre desde una perspectiva de luz iridiscente, tratando de advertir los claros, las sombras. Con una mirada que deseaba adentrarse, comprender la fragilidad. Porque la escritura ilumina hasta las grietas más profundas en la condición humana. Pude así ensayar dinámicas de comunicación alternativa en talleres y en la producción de documentales en Lima y en Cusco. Ello en paralelo a la elaboración de una publicación que edité durante tres años con el moderado aporte de algunas instituciones y el apoyo de amigos poetas y escritores. Finalizada la publicación, años más tarde, los talleres se replicarían en Villa El Salvador en un territorio de reivindicaciones en la historia de las luchas sociales por los derechos humanos y civiles más elementales. Y donde gracias a la presencia de comprometidos artistas y educadores sociales, se realizaron exposiciones participativas e itinerantes. Se buscó impulsar el arte como vehículo de transformación y dinamización a partir de la creación de una colección de máscaras, objetos y soportes artísticos .Paula, mi hija, asistió como tallerista siendo aún una niña y se implicó con gran entusiasmo. Al mirar atrás siento gratitud por todas las mujeres que me sostuvieron física y emocionalmente, mujeres como mi abuela, mi madre, mi hermana, mis amigas, todas grandes maestras. Ellas me han acompañado a lo largo de estos años en todas las aventuras creativas que he emprendido. Estoy convencida de que todas las experiencias buenas o malas me han inspirado para buscar nuevos desafíos. La esencia de todo lo vivido me llevó “al punto 0” de partida para escribir y así poder edificar una cabina imaginaria desde donde establecer una llamada transtemporal, transdimensional que atraviese el océano en planos simbólicos, en capas, al otro lado.

“Cuando decido emprender mis propios riesgos en los proyectos editoriales
y de creación,
elijo una vía experimental.”

-¿Cuál fue tu experiencia en la fundación de Comunina para impulsar el arte desde los márgenes?

Inició en Lima mientras me encontraba realizando el vídeo documental El otro perfil de la ciudad, protagonistas de la calles, un proyecto seleccionado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana en Madrid.Ello posteriormente me llevaría a fundar la Asociación de comunicación Comunina en los años noventa en el Perú junto al investigador social Carlos Bravo. Desde la fundación de la organización, he trabajado en proyectos específicos con mujeres, niños y niñas, adolescentes y jóvenes, donde el eje central ha sido el arte en sectores de riesgo en busca de explorar la capacidad comunicativa de la expresión y de la identidad. Identificando en las composiciones esa aura capaz de conmovernos por su fuerza, su sinceridad, su poesía, como testimonio de lo vivido. Observando en los procesos, las complejidades entramadas. Pues a través del arte, es posible advertir el flujo de una memoria subyacente que a veces está rota y fragmentada por el dolor pero que necesita salir, liberarse, sanar.
-¿Cómo llegas a realizar una campaña para publicar el libro Museo Locutorio en España?
Para mí fue todo una hazaña que la campaña de crowdfunding en Verkami, superara exitosamente el objetivo de recaudación. No me lo esperaba de ninguna manera. Llegaron aportes desde USA, Suecia, México, Francia, Perú, España que me permitieron posteriormente concretar el proyecto con la editorial Círculo Rojo.
Mi libro nació de una trayectoria intimista en mis paseos por las calles de Usera luego de evocar, coordenadas emocionales que se iban interconectando alrededor de una estructura que visualicé en forma de espiral .Y así fuí hallando una manera de recorrer la dimensión simbólica en clave de deriva transitando con las piernas temblorosas, como las de Siri Hustvedt en “La mujer temblorosa o la historia de mis nervios”. Me he inspirado en experiencias participativas conectadas con la proximidad, con emprendimientos ciudadanos, migrantes, aquellos que nacen silenciosamente en las periferias, en lo diverso, en los entornos frágiles, transversales.

-¿Cómo llegas a realizar una campaña para publicar el libro Museo Locutorio en España?

Para mí fue todo una hazaña que la campaña de crowdfunding en Verkami, superara exitosamente el objetivo de recaudación. No me lo esperaba de ninguna manera. Llegaron aportes desde USA, Suecia, México, Francia, Perú, España que me permitieron posteriormente concretar el proyecto con la editorial Círculo Rojo.
Mi libro nació de una trayectoria intimista en mis paseos por las calles de Usera luego de evocar, coordenadas emocionales que se iban interconectando alrededor de una estructura que visualicé en forma de espiral .Y así fuí hallando una manera de recorrer la dimensión simbólica en clave de deriva transitando con las piernas temblorosas, como las de Siri Hustvedt en “La mujer temblorosa o la historia de mis nervios”. Me he inspirado en experiencias participativas conectadas con la proximidad, con emprendimientos ciudadanos, migrantes, aquellos que nacen silenciosamente en las periferias, en lo diverso, en los entornos frágiles, transversales.

-¿Por qué el título, qué significan para ti los otros espacios de la cultura cuando te refieres a los locutorios ?

Son espacios intersticiales, en red, en constelación, en un ecosistema en conexión que se retroalimenta en relación con el entorno más inmediato. El locutorio ha sido y es el hilo conductor que se enhebra a partir de realidades complejas. Un contenedor de historias de vida, invisibles para la sociedad, un medio de comunicación de narrativas resilientes que desafían la precariedad, la exclusión, la indiferencia. Por ello Museo Locutorio es también una reivindicación por los derechos culturales de los colectivos, de las personas migrantes, racializadas. Es una apuesta por la incorporación de otras narrativas en la institucionalidad cultural con poder simbólico, buscando redefiniciones en entornos como los museos. Porque relevante es el museo que se transforma, que se descoloniza, que transciende y que reinterpreta su rol en la sociedad. Que es receptivo a las manifestaciones interculturales, incorporando memorias, saberes y luchas en un proyecto capaz de construir sus objetivos dando prioridad a los procesos. Como en el Museo Imaginario de André Malraux , donde es posible atravesar la entidad rígida, creando un museo sin paredes, sin muros, que ofrezca la posibilidad a cada persona de formar un museo propio que parta de la subjetividad de quien lo crea, sin límites , trascendiendo el tiempo y el espacio.

-Vemos que en tu libro hay un No- manual, ¿por qué lo llamaste así?

No pretendo ofrecer recetas, comparto experiencias para generar reflexión, debate. En ese sentido me parece interesante un libro publicado en 2021, “El otrx: arte, cultura y migración en la ciudad de Madrid” que aporta prácticas y diálogos. Al respecto es interesante el ensayo de Dagmary Olivar Graterol que habla de la importancia que tuvo el 15-M en la identificación de las producciones y quehaceres culturales de la inmigración, como parte importante de la ciudad de Madrid, en un sentido político, de empoderamiento. Por tanto considero que deben abrirse los canales que ayuden a redefinir los relatos oficiales, atendiendo a la complejidad y a la riqueza de las realidades diversas. Para que así, la inmigración en el Estado español, en Europa, no se perciba como una “amenaza social”, desde una falsa creencia que alimentan los discursos de odio. Muy por el contrario, a través de la dimensión cultural, los conocimientos, tradiciones, sean puestos en valor, aporten a las sociedades receptoras, un capital cultural que debe conocerse, protegerse, compartirse. En ese sentido el libro de Gabriela Wiener “Huaco Retrato” publicado en 2021 me parece revelador.

-¿Cómo ha sido la experiencia de presentación del libro?

En 2022, a través del sello Por el Ojo de la Aguja, se organizó un pre-lanzamiento en el mes de marzo en la Biblioteca John F Kennedy en Miami. Luego en Madrid el libro se presentó en la Librería Capitán Letras y posteriormente en la Imprenta Municipal Artes del Libro. En todas las presentaciones hemos intentado abrir un espacio de diálogo sobre la cultura, el tejido social, los feminismos, los procesos migratorios, para compartir nuestros recorridos desde los márgenes. Actualmente me encuentro coordinando próximas presentaciones y una nueva edición de talleres laboratorio para Comunina. Visualizo muchos proyectos al caminar por las calles pues me gusta coleccionar momentos inspiradores en los territorios.

(*)Entrevista reproducida de la revista digital Todocultura.es publicada en septiembre de 2022

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