Arte, Mujeres y resiliencia en 26 imágenes peruanas en España
En el Perú las mujeres de los sectores más vulnerables han procurado organizarse para enfrentar las necesidades de alimentación y salud. Muchas de ellas migrantes o hijas de migrantes provenientes del interior del país. A través de los llamados “Comedores populares” “Comités del Vaso de Leche”, destacadas organizaciones nacieron de la iniciativa, coraje y resistencia de las mujeres en respuesta a la precariedad de las condiciones de vida de pobreza extrema y a la ausencia de políticas más inclusivas a nivel estatal durante décadas. Es por ello que la colección Arte, Mujeres y resiliencia que fue presentada en España, ha querido hacer un homenaje a través del arte, a las mujeres peruanas de los sectores más invisivilizados de la sociedad. En esa línea, la Asociación de Comunicación, Cultura y Desarrollo Comunina que actualmente tiene sede en la Comunidad Valenciana, se formó como un proyecto de comunicación y laboratorio cultural hace más de veinte años en el Perú. A través de su recorrido, Comunina ha desarrollado experiencias desde el arte y la creatividad en procesos colaborativos, en especial con niños, niñas y mujeres vulnerables y jóvenes. Uno de sus primeros proyectos fue la edición de la revista El otro perfil de la ciudad (1994-1997) que buscó visibilizar por los años noventa en Lima, la situación de riesgo infantil de los llamados “niños de la calle” en un entorno complejo en el que coexistían diversas violencias. Así también Comunina realizaría formaciones, proyectos expositivos, campañas de sensibilización por los derechos del niño y la niña (UNICEF, Convención de 1989) en sectores frágiles. Por otro lado realizaríamos la campaña Impacto Mujer con el apoyo de la Fundación Ford, DEMUS y diversas organizaciones.
Posteriormente, la propuesta de Comunina se expandiría a sectores de la periferia, a los poblados de Villa El Salvador al sur de Lima donde se realizaron intervenciones artísticas y talleres participativos. Entendiendo el arte como una vía de expresión, transformación y resiliencia. Uno de esos talleres fue el de arpillería con niños y mujeres de los Asentamientos Humanos Oasis y Héroes del Cenepa, cuyos trabajos se pudieron apreciar en la exposición, junto a las obras de dos reconocidos fotógrafos peruanos Carlos Chino Domínguez, Raúl Méndez Robles. Asimismo, con piezas de obra inédita de arte digital de la artista peruana Tota Juárez.
En Arte, mujeres y resiliencias se expusieron más de 26 piezas de 15×10 cm de arpillería, y fotografía en el marco del proyecto Heroínas Migrantes, una propuesta de montaje inclusivo que promueve los derechos culturales. La muestra se presentó en marzo en el marco del Día Internacional de la Mujer, en el espacio expositivo de la Biblioteca Pública Municipal Pare Arques. La elaboración del guion museográfico ha sido posible gracias al apoyo del Archivo Histórico Jesuita del Perú, la Familia Domínguez, el Archivo Tota Juárez, BNP Digital, Artmediaprint y Ajuntament de Cocentaina de la Provincia de Alicante.
Imágenes de mujeres del Perú en tamaño postal
Las mujeres resilientes en el Perú han resistido a los procesos de exclusión a través del desarrollo de diversos oficios, en especial en la confección de textiles. La arpillería fue creada principalmente por mujeres quienes utilizaban retazos de tela para bordar escenas que reflejaban la realidad social y política de la época. Si bien los primeros talleres de arpilleristas aparecieron después del golpe de Estado de 1973 en Chile, bajo el apoyo de las iglesias chilenas y organizaciones de derechos humanos, en el Perú, al sur de Lima, se desarrollaron diversos grupos de mujeres arpilleras en los distritos de Villa El Salvador, Villa María del Triunfo. Las arpilleras se convirtieron en una herramienta de denuncia y comunicación, plasmando en sus obras diversos elementos simbólicos.
En el Perú, las mujeres arpilleras del Cono Sur de Lima son conocidas por su habilidad para crear hermosas piezas hechas a mano con retazos de tela. Procedentes de zonas del interior del Perú, algunas de las mujeres arpilleras fueron desplazadas por la violencia política de décadas pasadas, otras se desplazaron huyendo de la extrema pobreza. Mujeres migrantes e hijas de migrantes, en zonas como Pamplona Alta, en San Juan de Miraflores, en las periferias de Lima. Y es que través de la arpillería, muchas de la mujeres han recreado sus paisajes interiores con retazos de telas cosidas con vibrantes colores como las mujeres de la asociación Pamplona Artex que han encontrado en la arpillería no solo son una forma de expresión artística, sino también una fuente de ingresos que les ha permitido mantener a sus familias y mejorar su calidad de vida. Compartir sus historias y conectar con otras mujeres que enfrentan situaciones similares.Estas mujeres utilizan sus habilidades artísticas para contar historias y expresar sus experiencias y luchas diarias. Las arpilleras no solo son una forma de arte, sino también una herramienta de resistencia y empoderamiento. A través de sus creaciones, estas mujeres abordan temas como la pobreza, la violencia y la injusticia social, y buscan generar conciencia y cambio en sus comunidades. Las mujeres de Villa María del Triunfo, en Lima, han utilizado el arte de las arpilleras como una forma de resistencia y empoderamiento. Estas mujeres, conocidas como arpilleristas, crean tapices de tela donde narran sus experiencias, luchas diarias y memorias.
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